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La globalización: hacia un nuevo equilibrio global.

Estamos en una encrucijada de caminos, donde se mezcla lo real y lo virtual, donde no sabemos distinguir la teoría de la práctica y donde la historia tiene mucho que decirnos.

Recientes estudios históricos parecen confirmar que probablemente D. Cristóbal Colón, el descubridor de América, fue de origen catalán: Cristòfol Colom, el hecho que se le tenga como italiano no contradice esta tesis, pues en aquellos tiempos el imperio catalán y por ende el de la Corona de Aragón, se extendía por una buena parte de Italia.

Si  empezamos trayendo a colación algo que puede parecer anecdótico, es porque  a nuestro entender, este proceso que hoy denominamos  Globalización, empezó el 12 de Octubre de 1492, precisamente con los descubrimientos de las Indias Occidentales: con el descubrimiento de América.

Efectivamente es precisamente el hecho de que la  Tierra sea redonda y finita    el que determina  y posibilita  esta realidad que a día de hoy llamamos    “Globalización”.  Pues bien, en nuestra opinión este proceso, ha tenido un recorrido de génesis  y desarrollo, para redondear, de 500 años,  y para referenciar  en el tiempo: desde  el descubrimiento de América,  hasta la caída de las torres gemelas en Wall Street.

Pero qué ha pasado en estos quinientos años, pues simplemente un proceso de conquista, colonización, independencia, explotación y administración  de todos los territorios descubiertos, incluyendo además del territorio a las personas y los recursos naturales, con todo lo que ello conlleva.

Desgraciadamente, la historia de la humanidad, es la historia de sus guerras, que ahora, no es el momento de explicar, pero que haciendo abstracción, tenemos que instalar en nuestros razonamientos  para que las  conclusiones  a las que lleguemos sean  metodológicamente correctas.

Hoy hablamos de calentamiento global y de crisis global, este es un adjetivo que se ha incorporado en nuestro leguaje cotidiano cuando hablamos de la realidad física de este  esférico planeta llamado Tierra y cuando nos referimos a    los  procedimientos económicos, sociales y espirituales que se han venido  utilizando y se utilizan para gestionarlo.

Además del principio 1492 y del final 2001 del proceso, hay  fenómenos referentes  que han  sido determinantes en la configuración de la Globalización: la Revolución Francesa, la Revolución Bolchevique, la caída del Muro de Berlín, la aparición de Internet y las nuevas tecnologías de la información. Desarrollar cada uno de estos temas para explicar en que grado y en que  medida han  participado en el proceso, seria motivo para escribir un libro, pero a los efectos que ahora interesan, al igual que antes,  solo tengámoslos en cuenta,  para que las conclusiones a las que lleguemos sean axiomáticamente correctas.

Algo hemos hecho mal en todo el desarrollo y en la consolidación de la Globalización para que el resultado a día de hoy, todos estemos  de acuerdo en calificarlo de crisis global.  La máxima de Shakespeare de que  “Bien está lo que bien termina“ hoy por hoy no es aplicable y la Humanidad se ha de plantear seriamente como corregir el rumbo, para llevar la nave de la Globalización a puerto seguro.

Si los vaticinios de Karl Marx  -por otra parte absolutamente ciertos- del derrumbe del Capitalismo, no se han cumplido es por que como muy bien nos explicó J.A. Schumpeter, el capitalismo constantemente está innovando, y de esta manera, va creando automáticamente su  propia regeneración.  Enfocando así el problema las crisis no son nada mas que procesos de destrucción creadora y para entender como las crisis se han ido modulando en el espacio y en el tiempo, la luz nos la da J.M.Keynes  cuando en 1936, precisamente después de la Gran Crisis  1929 y justamente en medio de las dos Grandes Guerras Mundiales, nos demuestra que las crisis son compatibles con el equilibrio económico: “Lo grave no estar en crisis, lo realmente grave es no estar en equilibrio.”  Sin saberlo, el mundo hasta el día de hoy  ha sido y es Keynesiano.

Pero lo que en otro tiempo fue la Gran Crisis hoy ya no la llamamos así, sino que la denominamos Crisis Global,  obviamente las recetas –veladas o no- de Keynes ya no son eficaces  y esto es notorio y ostensible, cuando en los últimos años hemos observado atónitos,  como  las medidas económicas adoptadas por todos los gobiernos de nada han servido  y hoy por hoy no se vislumbra como dentro de la “crisis global”, podamos encontrar ese anhelado equilibrio keynesiano, sin el cual, es imposible la supervivencia del capitalismo.

El capitalismo  se basa en la expansión y conquista de los mercados,  si estos mercados ya no pueden crecer porque hoy son globales, o encontramos otro Cristóbal Colon,  que descubra  un nuevo planeta, habitable y colonizable  y que a la  vez nos proponga un método técnicamente viable para hacerlo, o estamos abocados a encontrar un nuevo modelo para gestionar la Globalización,  de tal suerte que cambiemos   la expresión de “crisis global” por la de “equilibrio global”. Este es nuestro reto actual.

Si somos  capaces de encontrar ese nuevo concepto, que de momento hemos denominado “equilibrio global “, de manera, racional, dialogada, razonable,  razonada, científica,  solidaria, integradora… daremos un salto de gigante  y alcanzaremos ese “cambio global”; si no lo conseguimos,  ya sabemos como históricamente se han resuelto esos problemas: con las guerras.  Pero ojo al dato, la guerra hoy sería global y de consecuencias  desconocidas e imprevisibles.

¿Que camino queremos coger?  La decisión es o debería ser nuestra.



JAVIER BIOSCA
Economista Colegiado 899
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